martes, 31 de enero de 2012
Cansando
sábado, 21 de enero de 2012
El Cinéfilo. Capitulo 2
Mi encuentro con Freedy me había dejado con una duda básicamente existencial. ¿Todas las criaturas de las películas son de verdad? No tenía ni idea que cuando descubriera esa respuesta me iba a traer tanto alegrías como terribles miedos.
Para el tiempo que llegue a New York, habían pasado dos meses desde que Freddy estaba atrapado en su propia mente y yo me encontraba visitando la zona cero de las Torres Gemelas. Me costaba imaginar que en ese lugar habían existido dos de los edificios más altos del mundo. Mientras caminaba por las calles con mi Tío-Abuelo Alberto, el cual me dejaba quedarme en su casa, y mi único pensamiento era que ni Godzila ni el monstruo de Cloverfield se aparecieran por allí.
Llegue hasta la Biblioteca de New York, tal vez una de las mayores bibliotecas del mundo podrían resolver alguno de estos problemas con que estaba metido. Tenía la esperanza de encontrar algún libro, alguna nota o incluso alguna novela que me dijera que estaba pasando en realidad. Tuve un pequeño problemas al entrar, el guardia me miro con el ceño fruncido al llegar tan tarde pero no tuvo otro problema cuando hice una donación de 100 dólares.
Pase horas manoseando los grandes volúmenes, pero ninguno ni por asomo tenían algo que yo buscaba. Hasta que encontré un ensayo de J.R.R. Tolkien que se titulaba “Sobre los cuentos de Hadas” que advertía sobre entrar en fantasía, que podría ser un reino peligroso. Obviamente Tolkien hablaba metafóricamente, por lo menos eso creía en ese momento. Tal vez existían un lugar en que las criaturas míticas existieran, si los grandes escritores tenía una conexión con ese lugar, o tal vez escribir formaba una cárcel para que estas bestias no pasaran, la última posibilidad me helo los huesos, no quería tener a ESO recorriendo el mundo. Cerré el libro y me estaba yendo cuando vi una nota sobre la mesa que decía
“SIGUE LAS PISTAS, EL CAMINO RECTO ESTA HACIA ADELANTE, BUSCA EL AMANECER “.
Basta decir que en ese momento, no tenía la más pálida idea de lo que esa nota significara.
Salí de la biblioteca a eso de las dos de la mañana, no me sorprendió ver todas las calles iluminadas y con mucho tránsito y peatones, después de todo era la ciudad que nunca duerme donde estaba. Decidí ir directo hacia lo de mío Tío, eran un camino largo pero lo podía hacer caminando y me iba a dar tiempo para pensar todo lo que estaba pasando.
Corte camino por el Central Park y de repente un tipo me choca de frente y veo se cae al piso. Era flaco, alto y pálido. Era un palo básicamente. Me recordó a Moncho. Y yo soy bastante grande, no me pude enojar con él.
- ¿Estás bien? – pregunte
- Sí, estoy bien, quédate tranquilo – contesto muy rápido y con una voz extremadamente nasal
- Déjame ayudarte – dije
- Estoy bien, de enceri…- no pudo terminar la frase cuando lo que me pareció que era una bola de fuego salió disparada hacia nosotros.
El muchacho reacciono rápidamente, bloqueando la bola de fuego de que venía hacia nosotros y devolviendo hacia él, otra bola de fuego. La figura que lanzo la primera bola desapareció enseguida, pero algo me decía que iba a volver
- Mierda – dijo – Nunca me salieron los hechizos de amnesia, Balthazar va a matarme
- ¿Amnesia? – pregunte muy confundido, entonces miro su mano y tenía un anillo en forma de dragón. - ¡¡ ¿Sos un brujo?!!
- Shhhhh ,¡¡¡Cállate!!! Que se va a enterar todo el mundo…. ¿Cómo te diste cuenta? – añadió muy confundido
Simplemente señale el anillo y el brujo de pego en la frente con la palma de la mano.
- Ok. Primero que nada soy un aprendiz de brujo y mi nombre es Dave – se presento
- A mí me dicen el Cinéfilo y si te dijera mi verdadero nombre, tendría que matarte.
El pobre de Dave no sabía si tomarme en serio o reírse, prefirió reírse como si fuera un chiste malo. Seguí a Dave a lo largo del parque hasta encontrarme a Balthazar Blake su maestro, un tipo alto, despeinado y parecía salido de una película de Al Capone.
Blake me miro y trato de evaluarme completamente, yo le sostuve la mirada, este tipo parecía bueno, pero no me terminaba de cerrar del todo. Entonces Dave le explico todo a su maestro y este pareció entender todo muy tranquilamente.
- Ahora no tengo tiempo de preocuparme de vos – dijo Blake mirándome – Lupin robo un anillo y de alguna forma está utilizando magia
- ¿Lupin? – dije - ¿Remus?
- ¡No tarado! – grito Dave – Arsenio Lupin
- ¿El personaje de LeBlanc? – dije con un hilo de voz - ¿Es real?
- ¡Claro! – interrumpió Blake – LeBlanc lo persiguió por años y finalmente logro encerrarlo, escribió las historias sobre Lupin para una coartada, cualquiera que supiera lo que hiso Lupin durante los años previos a los escritores de LeBlanc, creería que es el ladrón donde se “inspiro” - dijo pronunciando irónicamente la última palabra
- Muy inteligente – admití - Pero Lupin… ¿No tendría más de 100 años?
- Creemos que más – dijo el aprendiz de brujo- Uno de los motivos de que LeBlanc persiguiera a Lupin, era que este, se había convertido en un inmortal.
- LeBlanc pertenecía a un grupo de escritores que cazaban a los entes sobrenaturales que se salían de la línea – dijo Blake
- ¿Cómo lo sabes?
- Yo pertenecía a ellos.
Me quede callado tratando de alguna forma de asimilar todo lo que me estaban diciendo, sabía que existían criaturas paranormales, cace algunas yo mismo. Pero… ¿escritores ocultando la verdad haciéndola pasar por ficción gracias a sus obras? Es todo lo que un cinéfilo quiere, pero de toda forma la idea no me convencía. Además, un inmortal me estaba diciendo esto. Mi cara de confusión era notable, Dave me miraba con cierto aire de superioridad.
- Entonces eres un inmortal – dije después de un rato
- Técnicamente no – respondió Blake – Merlín me dio la juventud eterna.
- ¡Claro! Eso lo explica todo – me salió tan irónico que Blake y Dave me miraron con caras de hechizarme
Por suerte, justo en ese momento, una bola de fuego salió despedida de entre los arboles interrumpiendo nuestra conversación. Blake la desvió y Dave ataco con una bola de energía azul. Me sentía atrapado en la imaginación de Akira Toriyama.
- ¡LUPIN! – exclamo Blake – Ven aquí y muestra la cara
De entre las sombras salió una figura alta, pelo oscuro, delgado, nariz grande y ojos claros. Llevaba una extraña gema en su dedo anular de la mano derecha. Nos miró a los tres con una gran sonrisa.
- Eres el último de Los Legendariums – dijo Lupin con un ligero acento francés – Van a pagar todos por dejarme encerrado más de 100 años.
- Soy el último de los que te encerraron. Los Legendariums siguen activos.
Por un segundo la cara de Lupin se contrajo, pero con un rápido movimiento de manos, invoco vientos que nos levantaron por los aires.
- ¿TENEMOS QUE QUITARLE EL ANILLO VERDAD? – grite en el medio de la tempestad.
Blake sonrió con aprobación y Dave miro atento al lugar antes de hacernos aterrizar en una laguna que antes no estaba ahí.
- Dave – dijo Blake – Tenemos que evitar que personas inocentes vengan hacia aquí y al mismo tiempo evitar que Lupin escape.
- ¡Un domo! – exclamo Dave
- Tienes razón – dijo el maestro sonriéndole a su aprendiz
Ambos murmuraron palabras en voz baja y una luz plateada rodio todo el lugar en un radio de 30 metros. Mientras ellos hacían eso, corrí en dirección donde estaba Lupin, pero enseguida me lanzo otra de esas bolas, la esquive pero casi me quema los pantalones. Lupin llego contra el borde del domo y revoto con una fuerza impresionante. Se levantó y vio lo que los otros brujos habían hecho, se insultó a sí mismo y empezó a lanzar bolas de energía contra la pared del domo. Me pareció raro que solamente usara ese hechizo nada más. Escuche unos pasos y vi llegar a Dave atrás mío.
- Dave, Dave. ¿Puedes hacerme a prueba de fuego?
- ¿Por qué?
- Creo que esas bolas son el único hechizo que sabe hacer – dije con una sonrisa.
Dave me vio, después a Lupin y también sonrió. Puso sus manos en mis hombros, dijo un par de palabras. Cuando termino me miro y guiño un ojo. Salí corriendo directo al encuentro de Lupin. Vi a Blake observando todo desde una esquina y me pregunte por que no hacia algún movimiento.
- Te advierto que no me interesa quien seas, no voy a volver a prisión – advirtió Lupin cuando me vio.
- ¿Quién eran los Legendariums? – fui al directo al grano
- Un montón de viejos escritores que encierran a todos que se hayan portado mal - dijo lanzándome una bola de fuego. Para su sorpresa me quede parado sintiendo las suaves caricias del fuego en mi piel.
- ¿Estuviste esta noche en la Biblioteca de Nueva York?
- No – contesto seco. Miraba alrededor, sabía que yo era a prueba de fuego gracias a alguno de los brujos, los años no vienen solo, este hombre es inteligente.
- ¿En dónde estuviste encerrado?
Lupin me miro un momento, abrió la boca y le cayó un rayo, que curiosamente, lo dejo congelado. Blake y Dave salieron de entre los arboles
- Gracias por distraerlo – dijo Blake
- Un placer – dije que falsa modestia, algo no me cerraba de todo esto. - ¿A dónde lo va a llevar?
- Al mismo lugar que la otra vez – respondió el brujo – Donde LeBlanc lo dejo con la ayuda de los otros.
- No me vas a decir dónde queda ¿no?
- No podemos – dijo Dave como disculpándose y Blake lo miro con ojos duros
- No te preocupes – repuse y me dirigí a Blake- Solo dime una cosa. Entre los Legendariums ¿se encontraba C.S. Lewis o Tolkien?
- Lewis entro poca antes de que yo me fuera, de Tolkien no se- contesto Blake.