La cosa se puso pesada!!!

Para loco!! A donde vas?? Lee el capitulo 10 antes

Capitulo 11

- Él va ser quien y maneje a Longinus – contesto rápidamente Ayelen
- La bendita lanza ¿no? – afirmo el muchacho
- ¡Claro Diega! – grito Marcos muy contento – Julián va activar la lanza de Longinus
- Pero… ¿Cómo? – pregunto Julián
- Es simple – comenzó Ayelen – Hitler encontró el arma en Tierra Santa, intento utilizarla varias veces contra nosotros, allá por mi 1945 cuando “termino” la Segunda Guerra Mundial, yo personalmente intente detenerlo pero falle, incluso Mikael resulto herido, ento…
- Jaja Mikael – se burlo Julián y Diego también se reia.
- Cállense estupidos – dijo Marcos golpeando a ambos con sus alas.
- Bueno la cosa estaba complicada – continuo Ayelen – Primero porque la lanza tiene la sangre de Jesus en la punta, ósea que es el arma más poderosa que puede existir y segundo Hitler estaba ganando. Cuando fingió su muerte nosotros le seguimos el rastro.
- Fue allí cuando resulte herido – recordó Marcos amargamente
- Allí fue cuando se nos escapo fue una batalla intensa , se dio a la fuga durante mas de 10 años – dijo Ayelen
- Pero ¿Quién lo detuvo? – pregunto Julián
- El hijo – dijo Ayelen – Hitler había atado el alma de su hijo al arma y había podido trasfórmala como mi Kwandao y antes que nosotros supiéramos que paso, el hijo de Hitler lo había matado y él estaba muerto al lado también, sin rastro de la lanza por ningún lado, pensamos que la habíamos perdido, hasta – se interrumpió el Ángel mirando con esperanza a los jóvenes humanos.
- Ahhh – comenzó Diego – Entonces al estar atado a la lanza, el alma de Julián es la unica que pueda usarla
- ¡Exacto! – dijo una vocecita a la altura de la rodilla de los chicos.

Era un pequeño niño, vestido de azul y negro, con todos los pelos parados y anteojos

- Rafael ¿Qué necesitas?- pregunto Marcos con un disgusto muy marcado.
- Los humanos necesitan entrenarse mas antes de bajar a la Tierra
- Eso es verdad – puntualizo Ayelen
- Ok. A donde vamos – dijo amargamente Marcos
- Vengan, Miguel nos espera ya preparo todo- dijo Rafael con el mismo disgusto hacia Marcos

Rafael saco de su bolsillo, lo que al parecer eran una figurita, las tiro en el piso y vio como brillaban, hasta que formaron una puerta.

- Síganme – dijo

Fueron un par pasillo hecho de piedras con antorchas colocadas a todo lo largo, hasta que llegaron a una habitación grande y circular, con varias puertas alrededor de las paredes, en un costado sin puertas de encontraba una gran computadora y Miguel la estaba manejando.

- Bueno chicos no pueden ir asi como asi a pelear contra demonios que tuvieron milenios entrenando, pero ustedes son mejores con ellos lo llevan el alma, pero tienen que entrenar por eso Dios me dio permiso para usar estas cámaras de tiempo estacionario.
- ¿Cámaras de tiempo estacionario? – inquirió Julián – ¿No es muy Dragon Ball Z?
- ¿Dónde te pensas que saco la idea Akira? – dijo Miguel guiñándole un ojo – Bueno lo que tienen que hacer es simplemente entrar allí y matar 1000 demonios
- ¿Qué?!!! – gritaron Diego y Julián al mismo tiempo
- No se preocupen, no pueden morir – dijo Miguel tocándoles el hombre – Y Ahora se curan rápido – agrego sonriendo.
- ¿Qué armas vamos usar? – pregunto Diego acostumbrándose a la idea.
- Vos a Anduril y Julián – Miguel saco un arco y un carcaj de su escritorio –Toma – dijo dandoselos al muchacho
- ¿Y las lanzas? – pregunto Marcos
- Ah! Cierto jeje , toma – Miguel saco un estuche de mas de dos metros – Aquí vas a encontrar muchas lanzas , asegúrate de no gastar todas – dijo Miguel guiñándole un ojo a Julián.

Se dio vuelta y empezo a programar las salas de entrenamiento de Diego y Julián
- Es impresión mía , pero creo que el gordito me tiene ganas – le susurro Julián a Diego
- Jajaja puede ser ojitos verdes – le dijo Diego molestándolo a Julián.
- Sos un boludo – dijo Julián riéndose

Diego saco a Anduril y la empezó a examinar de cerca, Julián a examinar el arco, Marcos practicaba con sus armas y Ayelen estaba cruzada de brazos en un rincón.

- Bueno esta listo – exclamo Miguel
Las caras de Diego y Julián demostraban mucho nerviosismo, dos puertas se abrieron a los costados de la computadora, una decía “Diego” y la otra “Julián”.

- Para – le dijo Miguel a Diego – Dame – el muchacho le dio la espada , Miguel la toco, brillo por un momento y se la devolvió – Ahora podes cortar cualquier cosa – dijo sonriendo
- Gracias – agradeció Diego con una sonrisa – Me va a venir bien.
- Y la tuyas también son así Julián no te preocupes – agrego Miguel antes que el blondo muchacho abriera la boca

Diego entro a su habitación y contemplo un paraje desierto, cuando un ser hermoso salto hacia el, por puro instinto el muchacho le corto la cabeza de cuajo – Bien me faltan 999 – pensó. Mientras que Julián entraba a la suya y se encontraba en una gran selva, cuando otro demonio salto a su encuentro, Julián lo embistió con el estuche de las lanzas, saco una rápidamente y la ensarto en el pecho del demonio – esto esta empezando a gustarme – pensó el rubio.
Pasaron dos horas y medias hasta que la luz de Diego empezó a parpiadar.

- Diego ya termino – anuncio Miguel
- Eso es rápido – comento Marcos - ¿Cuánto tiempo estuvo?
- Un año y dos meses
- Ese es mi Diega – dijo sonriendo

Cuando la puerta se abrió, encontraron una pila de demonios y a Diego jugando con su espada en la pila

- Aprendiste a usarla – pregunto Miguel.

Diego todavía dándole la espalda, empezó a moverla con una sola mano la lanzo hacia arriba y la atrapo con la otra sin mirar a nadie.

- Creo que si – dijo Diego sonriendo de oreja a oreja

La puerta de Julián se abrió y el muchacho salio radiante, Ayelen le pregunto como le fue, a la velocidad del rayo saco su arco disparo una flecha que paso entre los pendientes del Ángel.

- Al parecer muy bien – dijo Miguel – Están listos. Solamente hay que disfrazar sus cosas.

Diego oculto su espada y su funda como su libro favorito (Cuentos Inconclusos de la Tierra Media y Numeror) y su bolso de cuero. Marcos sus armas en su celular y sus auriculares. Julián en su bolso sus arcos y Ayelen su Kwandao en sus lentes.
Los chicos y los Ángeles bajaron a lo que quedaba de la UNLAM

- Bueno gente – dijo Marcos – Es tiempo de comenzar


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