¿Pensaste que Dios era un viejito con barba?

Aguanta un segundo!!! Lee el capitulo 6 y después hablamos
Ahora si

LA HISTORIA SIN TITULO : CAPITULO 7




Gabriel los miro con una expresión de desgano que da la impresión que quisiera suicidarse.

- Bueno – dijo Gabriel como si fuera lo peor que tendría que hacer

Gabriel avanzo con paso desganado hasta que desapareció de la vista. Diego aprovecho para cuestionar un poco a Marcos.

- ¿Por qué Julián?
- Por que Julián es el único que puede empuñar la espada y vos el único que puede encontrarla
- ¿Alguien trajo a …?
- Llego Gabriel – lo interrumpió Marcos

Gabriel regreso con un par de tablas de piedras. Al parecer tenía que abrir una puerta

- ¿Lo vas hacer hoy?- pregunto Marcos impaciente
- Lo estoy haciendo con todas las ganas que puedo – contesto Gabriel moviendose con una parsimonia insoportable
- ¿Me diran algo si mato a un arcangel? – le susurro Diego a Marcos.
- Yo te sirvo de abogado – dijo Marcos
- Jajaja
- Jajaja
- ¿Qué pasa?- pregunto súbitamente Gabriel
- Nada – contestaron al unísono Diego y Marcos

Gabriel abrió las tablas y como si de Iphones se tratara los símbolos de iban yendo y viniendo por los bordes de la tabla de piedra.

- Bueno ya vienen – proclamo Gabriel como si fuera lo peor que haya hecho

Dos puertas gigantes salieron de la tierra, haciendo que Diego grite “¡... a la puta madre!” para gracia de Marcos y mientras Gabriel seguía con su estado apesumbrado
Diego y los Ángeles entraron, era una habitación enorme, en las paredes se podían ver fotos de un hombre vestido con distintos trajes con los pelos parados y la larga barba partida a la mitad atada con dos colitas. En las fotos se podía apreciar a este hombre con figuras importantes de la humanidad, la que Diego vio mas cerca era la que este hombre con los dos pulgares arriba estaba al lado de Gandhi que estaba comiendo un pancho.
El mismo hombre de las fotos estaba sentado al final de la habitación en un escritorio jugando con una computadora. Tenía una camisa blanca, un saco amarrillo, una corbata rosa, unos bermudas y unas zapatillas. Una mujer estaba parada al lado del escritorio

-¿Por qué estas jugando a ser Dios en el Age of Empires si SOS DIOS? – preguntaba fervientemente la mujer
- Por que la ultima vez que me emocione, Haití quedo hecho mierda
- No tenes remedio – dijo la mujer yéndose

Cuando la mujer se retiro, Dios se levanto muy contento a saludar a los que estaban presentes.
- ¡Marcos! ¡Gabriel! ¡Diego! ¿Cómo andan? – pregunto Dios
- Todo Bien Jefe ¿usted? – contesto Marcos
- Mal – respondió Gabriel
- ¿Es el fin del mundo y preguntas si esta todo bien? – pregunto Diego muy enojado

Dios lo miro con una expresión relajada en el rostro, chasquio los dedos y dos sillas aparecieron a los pies de Diego y Marcos.

- Gabriel anda a buscar a Miguel, ustedes siéntense – dijo Dios
- ¿Me vas a decir que siendo Dios no vas a poder evitar esto?
- ¿Ves? Por eso estaba mas contento cuando la humanidad no me da mucha bola – dijo Dios hablándole a Marcos – No puedo meterme en TODOS los problemas por que ustedes dejarían de resolver sus problemas por que me tienen a mi – le dijo Dios a Diego – Y no puedo ignorarlos por completo por que si no seria muy forro , ósea hago lo justo y necesario para meterme pero no meterme ¿ me entendes?
- Ehhh … ¿Si? – dijo Diego
- Jajaja por eso Marcos te eligió, me caes bien, la cosa es que yo tengo un plan pero tiene que suceder así , ¿me seguís?
- Creo
- Con eso me conformo , ahora anda que tenes que practicar tu viste – sentencio Dios
- ¿Cómo? Si no me la diste.
- Jajaja ya la tenes , vos la inventaste , yo no , acá solamente tenes que entrenar tu imaginación para sacarla
- ¿de enserio?
- Soy Dios, no miento.

Ante la estupefacción de Diego , la sonrisa de gusto de Marcos , la cara de despreocupado de Dios llegaron ante ellos Gabriel junto a un joven muy gordo , con antejos , pelo negro y achatado , con una PSP ente las manos y con resto de chocolate en la boca

- Hola soy Miguel – dijo alegremente el gordo
- Miguel busca a John para que enseñe a Diego a sacar los ojos
- Bueno.

Diego no sabia para donde disparar, el asombro no lo dejaba cuando regreso Miguel con un hombre anciano, pelo canoso, un chaleco marrón un saco de tweed y fumando una pipa muy gastada.

- Diego te presento a J. R. R. Tolkien – dijo Miguel



Como siempre seguí la historia en Pensamientos Desencadenados